Ayer, me sentía tan, pero tan mal, de cargar la tierra esa ajena en mi piel que no resistía las ganas de deshacerme de mis jeans y demas prendas porque la neta me pesaban, me pesaba el puto olor a dead. No lo aguantaba. Y es que a la sorda, a la larga, al pasar unas horas ahí, no hay ni cómo evitar el ambiente y de repente llegan tufos que uff, no le queda otra al pobre cerebro que concluir que por ahí hay mesa redonda entre el mundo de los ínsectos.
Eso si, la tierra está abonada pero por nada del mundo la usaría para mi jardín, fuck it compa, not in my housita ese.
Pero es una aventurilla ¿no? El cementerio se conoce como pueblo y a la entrada se le nombra como pueblo, quizá alguna idea de algún intelectualillo por ahí que leyó demasiada egiptología what not.
Bueno, dejo de chingar y ahí les dejo algo para la retina ... Saludos especiales al Aljibe.
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