Se vuelve un espacio que curiosamente produce una sensación de bienestar.
Descubrí éste espacio cuando me interrumpieron, cuando me sacaron de ahí, como adicto reaccioné molesto, como a quién le quitan su droga. Sin duda alguna es pariente de la lectura a diferencia que cuando uno lee, el 'irse', alejarse de este mundo no produce la misma sensación de molestia si uno es interrumpido. De hecho, el dato curioso yace en que mientrás la lectura ofrece ese 'santuario' como algunos religiosos insinuan al espacio, la escritura ofrece un 'santuario' propio. Uno es a la misma vez el constructor, el albañil de esa capilla, de ese 'refugio' privado, donde la mente va y se mete para que otros entren y vean la labor expuesta.
Quizá sea esto el motivo que causa la molestia al serse interrumpido cuando uno labora en esos menesteres, digo, si es que se va a trabajar con la imaginación.
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