8 de noviembre de 2004

Diccionario de Anglicismos: Ricardo J Alfaro Biblioteca Románica Hispánica Editorial Gredos Madrid. 1964

Fuera de las obligaciones es cuando hago la lectura más deliciosa del día; es cuando me escapo de las garras de las responsabilidades que escabullarse resulta y da más deleite que cualquier otra cosa. Y también cuando descubro lo más interesante, como si los azares del destino estuvierense guiando mis caminos que el destino ha ya deparado para mis afines e intereses. Bajo las premisas de este blog yacen los cimientos de una defensa hacia el espanglish de mi ciudad; hastío se ha comentado sobre esta u otra palabra cuyos origenes he remontado a mi crianza en Tijuana y que mis estudios amateurs de la lengua tijuanense me ha dado la tarea de mi mirar hacía Sonora como una de las entidades más influenciadoras en la lengua tijuanense.

Por eso da grata sorpresa ver en antiguos diccionarios las palabras de mi niñez, de mi adolecencia, guardadas para futuras generaciones, o sea, es pues para mi placer que cierto vocabulario que he venido hurgando de mi mente más que nada y comprobado en los escritos de otros no es un simple vocabulario pasé, un vocabulario de ‘mala educación’; sino que es un vocabulario que compartimos los tijuanenses, que nos une y nos separa de los demás y nos da una especie de identidad lingüística sui generis. Ante el primer escenario estabase bostezeando mi aburrido ente que para cuando menos depare encontrabame ya deslizandole la vista a los estantes de la sección lingüística Fk(x) en la biblioteca de la universidad de Estocolmo, ¡o sorpresa grata! Durante tres cuartos de milisegundo mi vista mando el recado express al hipocampus, Diccionario de Anglicismos, je, it’s the little things that count ese, so sue me!

Ricardo J Alfaro Biblioteca Románica Hispánica Editorial Gredos Madrid. 1964

Ok, se mira interesante. Fue cuando mire la palabra Daime que me entusiasmé, dije, what? Retrocedí, después salio Bonche, what?
Bonche. – Este barbarismo es una transplantación fonética del inglés bunch (pr, bonch) que significa primordialmente racimo, ristra, manojo, atado, y por extensión se usa en el lenguaje familiar, generalmente en sentido despectivo o peroyativopara indicar un grupo de gente mal mirada.
Je, lo bueno es que los Brady Bunch no tenían show todavia en 1964, yo siempre he conocido a bunch como bunch, o sea, un bonche, un guatito, o un guato, un resto, que en vil castellano seríase como erhm, sepa la fregada.

Lo que me gusto de este diccionario, aparte de contener palabras como daime, mopear (que nosotros en casa deciamos mapear), ponchar, mecha, guachar, nicle, troque, porche, y quécher y quechear (cacher y cachar) son los adjetivos que el redactor de los terminos utiliza para constrastar [contrarrestar] el sentido de las palabras, por ejemplo:
Ranchero, ra. –Como equivalente del inglés rancher, que significa hacendado, ganadero o agricultor en grande escala, ranchero es anglicismo vicioso.
¿A quién iba dirigido este diccionario? Veamos, es un diccionario publicado en Madrid, en 1964, ¿Cuántas gentes tenían ya no acceso al diccionario, el cual no dice cual fue su tiraje, sino conocimiento de estos vocablos que yo reconozco como parte de mi cultura?

Aquí lo curado es que esto cementa el espanglish de Tijuana no como algo efímero sino como algo que es parte de la región, c’est la vie perros represores y amantes del DRAE y su high spanish horse, aquí rifa el rascuache homes!


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