Se me acusó de ser un fraude.
Por estos días es casi pop ser un fraude.
Si FHC no representa a los mexicanos y el fraude de los últimos casi cien años ya, no sé qué soy yo.
No me considero original por más que lo intente.
A lo más que aspiro es ser una estatua más en un puesto de curiosidades de Tijuana, reincarnation a la mexicana.
Un clon al mejor postor.
Sueño con ese Bart Simpson en una calle cuya banqueta sólo alcanza a ver el paso de las sandalias rumbo al Otro Lado.
poema
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