1 de octubre de 2003

Este post fue mandado a exiliados donde según me han dicho recibirá espacio allá también ...


El exilio ha hecho que mi vida suene más interesante de lo que realmente es y lo digo porque esta realización se me vino a mente por estos días como una inesperada realidad.

Curiosamente lo que uno vive en el exterior es una cuestión de interes para los que viven en el interior de los que se quedan allá en lo nuestro, el conjunto ese que forma parte de los que en el exilio miramos con añoro y los que estan en el interior miran con anhelo.

Aquí lo formidable es que el exilio del dos mil es diferente al exilio, por ejemplo, de los exiliados del 1900, pienso en particular en los españoles, y en los emigrados a California como la generación de mis tíos, donde la aislación de la tierra presentaba un verdadero y auténtico exilio, para ellos la pluma y la tinta era comparable con la internet.

No cuestiono que el exilio per se ya no exista, cuestiono el grado de exilio.

Mi exilio es uno de dolor, me duele México para robarles una frase a los de la generación española del 27 pero yo sé que es ya una obsessión romantica que tengo de México. Un México al cual conocí más profundamnete de retirada, de ida, de ansias de verlo es un México, más complejo, que temo, esta ahí, en esa retirada, en esa ida, ya que ahí es donde más me da por verle. Más que nada, extraño la gente, pero se mitiga. La internet ha hecho de este dolor, este exilio menos doloroso, por eso no es comparable el exilio de antes con el de ahora.

El segundo exilio es el intrínsico, el actual donde se vive el exilio.

La paradoja reside más calcable en aquellos/as que son bilingües, aquellos/as que por poseer el don de ser poliglotas se hallan, mejor en la ida que en la estancia, en un “llendo hacía” es el mejor lugar. Quizá exista aquí la razón más potente para huir. La razón más palpable pues el exilio contrae eso, una huida, no del siempre política. Lo que pasa es que uno no se haya ni aquí ni allá, somos en los muchos extraños tanto para el extranjero como para el compatriota, semos y no semos a la misma vez, lo nuestro es eso, un sueño, un mundo romantico creado con la frágilidad del anhelo de volver al paraiso eterno, ese que pintamos con nuestro fervente deseo de regresar al punto de partida otra vez.

Hay razones para huir? Hablando de exilio si, siempre las hay, el que opta por la palabra exilio se echa esa bronca encima, indica pues algo de huida/ida. ¿Qué? Cada exiliado tiene su razón. Yo llevo 18 años corriendo a mis anchas, mi exilio es voluntario y de vez en cuando he recibido un empuje de la vida: el dinero, la politica, hasta la policia, y una mujer, es un mundo complejo tanto interno como externo, como dije, se duplica si uno es bilingüe. Las razones las va inventando uno pero creo que hay veces como yo, que el exilio es un acto en constante movimiento donde mejor he echado raíces. Sometimes I long for the along ....


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