La nieve se derretia al calor de la lengua.
Era sabor vainilla,pero el nevero tenia la cuchara llena de otros sabores, a mi me toco saborear un poco de frambuesa que alguien antes que yo había pedido.
Le pregunté si es que se vendia mucho, y me dijo que a estas horas no.
Eran las 12 de la noche.
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