Al amanecer
el principio del crepúsculo.
Las cortinas de mi alma se abren.
Resplandecen recónditos rincones de mi existencia.
Se ve el polvo en mis buenas intenciones.
Las ventanas al futuro un tanto opacas.
Veo cómo la luz de mi ser se apaga.
Cuando el día, a su fin, es un no hace caso.
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