31 de julio de 2007

Crítica

Antes que nada, bilingüe. Ahora trilingüe.

O esa es la filosofía que por alguna razón habla más de lo que digo, o mejor dicho, que hace mejor de lo que quiero hacer. En múltiple ocasiones he visto los gestos de los monolingues hacer contorsiones aptas para una entrevista de contorsionista al circo en town al decirles que soy bilingüe mas sé sueco. Me imagino que les causa cierta confusión alegar mi bilingüismo como una especie de uniformidad equivalente como decir que mi lengua materna es X como si fuese un vil monolingüe hablando al enunciar lo anterior. No digo sé tres idiomas, sino dos, soy bilingüe y sé sueco.

Aunque para ser francos lo de bilingüismo en las sociedades de Occidente debe de ser una fantasía europea por querer ser diferentes el uno del otro. Un verdadero bilingüe es aquel que sabe dos idiomas totalmente opuestos así mismos, como el mandarín y el inglés o el náhuatl y el español o el ruso y el persa. Eso sí es bilingüismo, eso de ser políglota por saber otro idioma perteneciente a la cosmovisión europea ha de ser una idiotez sin fronteras. Lo digo porque en esencia los idiomas europeos poseen un arcón común cuyos valores se estiman entre menores y mayores. Sin embargo, la cosmovisión Oriental y la de Occidente difieren marcadamente en diversos puntos tanto temporales como en gestos corporales. Ver quinésica en wikipedia para mayor información al respecto.

Los idiomas europeos son en su mayor parte individualistas. Con esto quiero decir que los idiomas hablados en Europa son en su mayoría confeccionados para que el individuo se exprese de manera individual sin tomar mucho en cuenta el colectivo en general. El colectivo en general en estos idiomas suelen ser algo relacionado con el subconsciente.

Los de Oriente tienden a ser colectivistas en el proceder del consciente, o sea, los idiomas del Oriente tienden a confeccionarse para que el individuo tome en cuenta lo que el resto de las personas expresen y así formen parte de lo dicho, enunciado. Aquí quiero enfatizar que abarco de manera generalizada conocimientos sobre idiomas en el dominio público y de ninguna manera atesto que sé todos los idiomas del mundo para atestar lo último.

Pero, ¿eso nos hace menos que los orientales?

Me pregunto porque al leer un post de la raza de Gene Expression sobre la facilidad que los orientales tienen en resolver problemas como grupo vis-à-vis a los occidentales resaltó como una espiga en el ojo. Los orientales son más capaces para resolver problemas que los occidentales. Según. I don't buy it. Veo el estudio un tanto manchado por valores occidentales y ese complejo de inferioridad que los occidentales sentimos ante los orientales.

Me recuerda un poco al complejo que sufro yo mismo con mi metalingüística. Sé sueco, pero mi estándar para sentir el sueco como siento el español o el inglés, miniza este logro lingüístico al grado de que no siento que domino el sueco a tal grado de sentirme satisfecho con mis logros, eso a pesar de que, sea lo de cada quién, puedo comunicarme con los suecos a un nivel profesional, venga, después del todo soy profesor de idiomas en una prepa sueca y he escrito varios trabajos en sueco para lograr este mérito académico. No trato de apantallar a nadie aquí, sino simplemente hago una comparación. A los ofendidos, disculpen este atrevimiento puesto que mi ignorancia es mayor de la que su supuesta envidia podría procrear al leer estas insignificantes líneas cibernéticas.

Y es que hay varios factores de actitud que no se tomaron en cuenta en el estudio, uno de ellos es que los occidentales siempre admiramos a los orientales por su capacidad intelectual. Para un pequeño esbozo de este tema por favor de abrir los siguientes links aquí y aquí.

No es que cuestione si los chinos son más fregones que los occidentales para resolver problemas, jode, dios sólo sabe que no puedo ni resolver un problema cotidiano, mucho menos ahora uno que implique proporciones colectivas, sino que sugiero que el arcón de la solución es más hondo que sugerir que un individuo de occidente puede menos que un individuo de oriente cuya solución requiere del colectivo para poder llegar a un acuerdo firme y seguro y por ende superior al del individuo de occidente. Y es que si algo admiramos en los orientales es su capacidad para tener paciencia pero al ver esto en nosotros, y verlo en practica, nos espantamos de ello.

En cuestiones de lingüística, creo que la competencia nos viene guanga, hay que ser más universal de lo que se cree.

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