5 de diciembre de 2005

reach out and touch me

El psicólogo Abraham Maslow, propuso en una cierta pirámide el desarrollo del ser y sus necesidades primordiales. O sea, antes de que puedas pensar en el bienestar de la humanidad, o sea el prójimo, primero habrá que complacer las tripas. Sí las tripas crujen de hambre, la primera necesidad es apacigüar el rugimiento del área estómocal. Muchos, inclusive yo, han utilizado está teoría de una manera más universal dentro del ramo sociológico. La teoría puede ser aplicada a las sociedades.

Se me vino a mente esto hoy por la mañana cuando le dí la vuelta rigorosa al blog de Sean Paul Agonist.org.

Ahí han hecho varias recensiones de varios libros escritos en inglés sobre las aventuras de individuos que compartimos la frontera esa gabacha-mexicana.

La narrativa no suele cambiar pero aún así es interesante ver si las perpectivas cambian, aprender del uno del otro.

Cuando me refiero a las perspectivas me refiero a esta manera de ver el mundo que los gabachos tienen al hablar de México. Para ellos, adentrarse a México es adentrarse a un mundo que no es suyo y lo único que los suele guiar es la verdad como ellos la conocen. Por eso cuestiones abstractas como el bien y el mal suelen entrar a la narrativa bajo las auspicias de otros términos más abstractos aún como la justicia. Los gabachos aún no salen de esa mentalidad del Wild West al referirse a México por eso muy rara vez he visto narrativas que no involucren al sistema de justicia de ambos lados al relatar los aconteceres que embargan a ambas naciones por cuestiones de apoximación geográfica.

Y no hablo de traducir xicanos, latinos, hablo de traducir gabachos, güeros, y su manera de vivir San Diego, Los Angeles, San Ysidro.

Por cuestiones de diferencias ideológicas y no como nos harían creer la gente ajena a la frontera con sus castillismos, con sus palabras finas, con sus cultismos, la división que separa un acercamiento entre Tijuana y San Diego, a nivel intelectual, a nivel tú por tú, es más bien política y sospechismo entre ambos que un nivel intelectual, o sea, los fronterizos estamos al nivel cultural de los EEUU y en veces hasta mucho más superior que los gabachos mismos así como ellos son superiores en otros aspectos.

Pero es la política que nos impide acercarnos los unos a los otros. Y no debería de ser así. Algún día habrá un mini renassaince entre Tijuana-San Diego, algún día ellos traduciran nuestros textos y algún nosotros traduciremos los textos que ellos producen, por el momento, esa actividad está low key.

Hay mucha hambre política de por medio aún.


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