Por estos días le ando pisando los callos a mucha gente. Dice nuestro amigo Eterno Retorno que entremos a las nuevas colonias de Tijuana, allá por la 5 y 10 me suguiere. N'ombre, me wachan con ese güerejo y capaz que nos la parten a los dos para bajarnos uno feria pa'las kiwas y hasta mi pasaporte sueco terminaría en el mercado negro de Tijuana. Las donaciones a la Cruz Roja pueden ser mejor utilizadas para personas que en verdad lo necesiten, y no en bronquitas de dos pseudointelectuales. Aparte, ya me imagino al Salinas demandando a toda una colonia pobre y nueva de Tijuana por agravio a la libertad de expresión y para esas vergüenzas y asociaciones mejor me junto con el Lomelí, no importa que mi reputación se vea un poco chamuscada por verme con el confesado Quasimodo de la Iglesia Batiana.
Pero pasemos a cosas de mayor interes. La Historia en México es menester de niños ricos, la verdad, aunque les incomede a algunos clasemedieros con orgullo. La historia en México no es de las masas, es de la clase media. La historia no da para comer, de hecho la historia, el pasado, ni sirven para conversaciones de mesa en México. La historia es un lujo que la clase media se ufana de ostentar como quien ostenta dientes de oro en tiempos de las 7 vacas flacas. Es una ciencia que si apenas se enseña en la madre patria. Los pobres, que son de los más allá en mi tierra, no se interesan en ella porque, como diría el psicólogo Abraham Maslow, la hambre es primero. Además, la historia de México no se empieza a inculcar con seriedad hasta arrivar a la preparatoria y como muchos saben, pocos son los que alcanzan ese nivel de educación a excepción de ciertas ciudades como Tijuana, donde la educación media básica va en alza en comparación del resto del país desde años atrás ya, basta con señalar las maquilas y la mano de obra que usan, claro, sin reparar en esas empresas que abusan del sistema , off course.
Sigamos pues. Mi amigo el güero el bloguero dice que las colonias en Tijuana son un criadero de vándalos. Quiero que mi amigo sepa que Tijuana ha hecho por decenas de miles de mexicanos y mexicanas en veinte años lo que la historia compartida de Monterrey y Veracruz con sus cientos de años y historia no han hecho ni siquiera por los suyos, su propia gente. Colonias que ni existian hace veinte años hoy lucen un nivel de prosperidad que el barrio más humilde de Monterrey ha tardado en tener por siglos. ¿Y por qué? Porque en Tijuana, el que llega ahí la hace compa, hasta el más analfabeta encuentra jale y hace su lanita a la sorda también. Eso da de comer, la historia no. Así que mejor agradecido con la joven Tijuana que malagradecido con las más viejas de las ciudades de México. Keep it.
Pero nuestro amigo se siente un tanto ofendido y nos recalca que sus impuestos esto y lo otro, que su salario ayuda a contribuir a la grandeza de Tijuana. Mi amigo, es de comprender, quiere llegar a Tijuana a decirnos como son las cosas porque él y sus botas de avestruz que un tijuanense astuto le vendió en la Revú, han pisado colonias de emigrantes, igual que él, donde la pobreza apunta un futuro más negro que el humo que contamina el cielo de su tierra natal, Monterrey.
Una de las quejas, he de informarle a mi estimadísimo amigo neotijuanense, es que siempre nos hemos quejado que Tijuana da más al gobierno federal del que éste nos da en retorno. Es una queja netamente tijuanense. México sufre aún de la centralización y que yo sepa los impuestos siguen siendo canalizados por medio de la SHCP los cuales terminan en el DF y no en Tijuana. Así que venga y nos cuente que su salario hace esto u lo otro por Tijuana es más falso que un billete de a veinte en un parador de cualquier casa de cambio en Tijuana.
Tijuana guste o no, es una ciudad de la cual estar orgulloso, cuya historia se cuenta por el progreso de su gente, porque su historia está hecha a base de puro mexicano y uno que otro gringo que supo a bien quedarse en mi tierra natal, y esa es, la verdadera historia de Tijuana.
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