Claro que el África no entra en nuestra imaginación, está demasiado oscuro diría nuestro aventurero en la novela de Joseph Conrad, Kurtz. Y es nada más de fíjarse en el lenguaje castellano para ver en qué pedestal tenemos a los africanos. África
då och då nos da, sin embargo, algo que logra romper las barreras impuestas por nuestro bagaje lingüístico y nos lleva
al sabana de la imaginación. Es un lindo afrodisíaco-
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