EN TORNO A LOS DICCIONARIOS DE AMERICANISMOS (.pdf)
Gregorio Salvador ha relatado algunas anécdotas sobre cómo los hablantes no solo confían, sino que se sienten dueños del diccionario y se atreven a proponer rectificaciones, inclusiones de vocablos, etc.[3] Sin embargo, el DRAE, aunque cercano, es a la vez un gran desconocido. El mismo profesor Salvador, académico de la española desde hace años, menciona el hecho de que incluso en una ocasión fue el Congreso de los Diputados español el que se dirigió a la Academia informándole de que un grupo parlamentario proponía que el Congreso conminase a la Academia a suprimir voces y acepciones de carácter machista. Probablemente los diputados, como muchos periodistas, intelectuales e incluso hombres de letras, por no hablar de quienes no se preocupan por su lengua, confundían actitud (o machismo, pero no se reduce a esto) de la sociedad, con la lengua y con su diccionario sin tener en cuenta que la segunda, en todo caso, puede ser un reflejo de la primera y que un diccionario no es más que una descripción de la lengua. La nueva edición del diccionario de la Real Academia Española
El Diccionario de construccióny régimen de la lengua castellana (.pdf)
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