19 de junio de 2004

si tan sólo fuese consuetudinario



Increiblemente, esta mañana, a pesar del dolor de cabeza que tenía, me desperté admirado de la tez de mi brazo. Duermo casi siempre de lado y procuro tener una almuhuada abrazada, así que mi brazo estaba por mi cabeza. Estaba cerca de mi vista, los que me conocen saben que uso lentes, [obviamente no duermo con ellos puestos, no crean eso de que los miopes vemos mejor los sueños si durmimos con ellos puestos] y eso hizo que mi observación fuera más intensa, bonita sorpresa. Me dio una rica sensación, resplandecía vida, era como si fuera de otro, pero es mia, y ahí estaba, brillaba un color de bronce hermoso, un marrón precioso y es primera vez en muchos años que me da gusto verme a mí mismo. Por lo regular sufro de un terrible problema de autoestima amén de estar agusto con mi cuerpo o mi edad. Mas hoy fue diferente, hoy me guste, me siento bien y por hoy, aunque sea por hoy, superé todos esos males de mi propia percepción, estoy a gusto conmigo mismo este momento.

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