Desde que tengo uso de memoria el Lunes a sido un día no muy bien visto, nadie lo quiere y con la canción de los Boomtown Rats, I don’t like mondays su popularidad fue disminuyendo más aún. En realidad el Lunes antes no era el primer día de la semana, era el segundo pero el capitalismo lo redujo al primero y los protestantes le ganaron a los católicos, el resto es historia. En verdad para muchos el Lunes es re-inicio, lo nuevo, cuando todo se reduce al presente futuro y el pasado fin de semana nuestro pasado más inmediato, las aventuras, los cotorreos, se basen en dos – tres días, Viernes, Sábado y Domingo.
El Lunes también es un principio del sentido de culpabilidad para esos que tenemos, sin querer queriendo, dos religiones dentro de nosotros, o estamos esperanzados porque algo se terminó y esta a punto de empezar algo nuevo o la carcoma del sentido de culpabilidad de no haber hecho aquello que deberíamos haber hecho nos come el día, los Lunes, por ende no son tan populares, nos recuerda también nuestros fallos que suelen ser más frecuentes que nuestros logros.
Yo sólo me acuerdo de una vez en mi vida con qué esmero esperaba que los Lunes se acercaran porque para mí el empiezo de la semana representaba más actividad, y eso fue en Madrid, cosa que Selene también esta viviendo (ver post viernes, noviembre 14, 2003), cuando leí su post sobre como el Lunes era mejor, me hizo acordarme y una leve sonrisa se pintó en mis labios, me acordé de los mios.
Mas los Lunes sólo son pesados por la mañana, cuando el inicio es tajante, hay que dividir la semana, los proyectos, las horas, los minutos después empieza el culto al Viernes. Aquí en Suecia tienen la curiosa tradición de nombrar al Miércoles como Lilla Lördag (lila lourdag) o sea, pequeño sábado, y la gente se da la libertad de chingarse unas copitas. Puede uno mirarlo como el inicio de la decadencia semanal pero hoy nos abstenemos de preceptos morales basados en moralidades judeo-cristianas, sólo observamos.
Los Lunes, día de la Luna, es en realidad un día ajetreado, estamos todos un poco cansados del fin de semana pero que fuerzas misteriosas, como las fuerzas de la luna en el mar, nos mueven. En realidad se podría también discutir que el Lunes es odiado porque representa lo más obvio de nuestras vidas, la rutina, el empiezo de la vil rutina, esa rutina que nos causa sueños, aburrimiento, deseos de romper con los paradigmas bajo los cuales nos rigimos, bajo los cuales nos atan nuestros sueños, nuestros deseos.
Los Lunes pues es el empiezo de querer destruir todo, para poder empezar de nuevo.
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