11 de julio de 2003

París: Le Père Lachaise

Fui a ver a Jim Morrison, su sepulcro estaba rodeada de flores marchitas y rosas rojas frescas aún, un joven contemplaba la tumba, evitando que mis ojos cayerán en el nombre de su fosa, tuve que hacerme a un lado y ver la losa con mis propios ojos: cajetillas de cigarros tiradas en una tumba sin lápida dejando ver tierra seca, de esa que levanta polvo, por demás frascos de botellas y colillas de cigarros. A un lado, unas chicas de menos de 20 años, tristes, fumando cigarros, contemplativas, queriendo absorber algo de lo mágico que el nombre de Morrison contrae. El joven que me tapaba la vista se hizo a un lado al fin, pedí que me tomarán una foto, y al parecer no muchos se atrevían, así que rompí un tabú de proporciónes espirituales.


Me fui contento. Por error fui a Panthéon, lugar donde se encuentran los restos de los hombres ilustres de Francia y al enterarme que los restos de Morrison no se encontraban allí me large pa’ otro, además de no cobrar entrada, fue más placentero caminar por Le Père Lachaise, esas tumbas viejas y abandonadas, donde nombres más reconosibles para mi se encontraban, tales como Oscar Wilde, Ingres, Collette, David y muchos más, yo no nada más me pare ahí por Morrison. Los panteones a mi siempre me han atraido, no sé por qué pero me relejan, me traen una tranquilidad espiritual y un cierto tipo de comunicación con la vida de esos seres ya muertos que es difícil de explicar pero que se manifiesta con una calma latiente y latente.

No lo tienen cuidado al panteón, en retrospectiva me recuerda al panteón # 2 de Tijuana cuando mi Abue me llevaba a ver al Abue ya muerto en mi niñez. Fosas viejas y sin nadie que las vaya a ver ni mucho menos quién procuré por ellas parecen más bien cenotafios. Aquí lo que deja a uno boquiabierto es la majestuosidad de las tumbas: pequeñas saquistrías y mausoleos dignos de admirar, de una especie de construcción de hacer monumentos de las lápidas como un arte ya de antaño donde a la familia entera se le sepultaba. La ciudad se ve que se ensaña con el cementerio, me imagino jóvenes metalbangers, deathmetal groupies, gothic lovers y satanic youth deambulando a altas horas en ese panteón sin rival alguno en el mundo. Me dio envidia ver botellas de vino vacias entre algunas fosas ya viejas donde hoyos por cuestiones del tiempo se cavaban bajo un suelo lleno de misterios donde el cupo sólo se limita a la imaginación de uno.

PD:

Happy Cumple TJ 114 and counting.

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