27 de octubre de 2007

Querido diario

No me la hagas de tos, sí he estado escribiendo, sin embargo, lo hago en otros idiomas. Es una lástima enorme que no sea un perro monolingüe ya que así me evitaría estos achaques de mea culpa ex abrupto en mi diario devenir iberoaméricano gringo nórdico whatnot.

He perdido peso, ha ser verdad no cualquier cantidad pero lo suficiente como para alterar el ego. Un kilo y algo, antes me quejaba de los 4 fantásticos en mis 94 kilitos y ahora, cada que me subo a la pesa oscilo entre los 91 no-me-atrevo-a-creerlos- y algo y los 93. Optimisticamente diría 93 y un buen día 92. Pero todo tiene su explicación, hemos quitado la cocina de la casa y eso ha hecho las visitas al refri cada día menos frecuentes, pero ¡chin! estamos por terminar de remodelar la cocina lo cual indica que pronto regresaré a los 4 fántasticos, ¿o sí? Han sido semanas de tortura a ser francos, a ver como nos va, pero algo habrá que hacer para mantener la línea.

Y así, la vida prosigue involuntariamente en este rincón nórdico. He estado en Estocolmo y me doy cuenta cuan gran diferencia en mentalidad hay entre los pueblos chicos y las grandes ciudades en Suecia. Aquí en este infierno grande de mi pueblo no hay manera de ser y en Estocolmo existen mil y unas y ni quién diga pío al respecto. Esta última vez que estuve en Estocolmo me sorprendió la manera tan abierta y libre que el gobierno tiene sus instituciones ante la gente. Hay tanta libertad que se respira una profunda tranquilad entre la población, creo que eso se le llama discreción, democracia y cero necesidad de ser prepotentes.

Empecé a leer otro libro, creo que tengo bastantes empezados, pero por eso de que tres tomos me tienen por los huevos por eso de un examen, no he podido disfrutar de lectura al pleno, así que compré uno nuevo, nada más para torcer la tuerca de la literatura un poco más. Luego contaré al respecto pero aquí lo que importa es que en estos días tendré una recensión de un libro de una chica del municipio en donde vivo acá en Suecia y de cómo un viejo ardido del municipio le quiere tumbar la luz de los reflectores a esta joven debutante en la literatura.

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