15 de junio de 2007

allá donde las águilas vuelan



Recuerdo mucho nuestras incursiones al Infonavit, o la Mesa allá por mi ciudad Tijuana. Los del terre del Maya 13 [Ave. Mutualismo entre 2nda y 3ra] siempre pensábamos que eso era uf! allá por donde las águilas vuelan, o si no por aquellos rumbos de aquel dicho mexicano que minimiza distancias con un mojo de sarcasmo inigualable, 'tras cerro na'mas.

Lo recuerdo porque estos días estoy mandando mucho a la chingada los quehaceres del día, o sea, no importa mucho el acontecer del mañana, una cosa que sería un hari kari por estas tierras In Partibus Infidelium.

Mandar a la chingada el mañana es romper el tejido mismo de la identidad de los güeros estos que me rodean. El mañana esta arraigado en el tejido y cualesquier rasguña a la tela crea fisuras insostenibles.

A mi me vale madre todo, Suecia es un país en el cual me puedo dar el lujo de mandar a la chingada el morrow que amanece en el to-.

A la misma vez creo que ese optimismo se debe a la abundancia de optimismo que la serotonina me esta causando por estos días. Y es que ha estado soleado y cuando el sol le da por darnos una tostadita por estos lares nonsanctus pues la gente anda de buenas. El pedo es que a mí me da por mandar a la chingada todo, por un así decir, regreso a mis raíces ancestrales y el mañana del cual los gringos se mofan tanto en uno pues sale aflote.


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